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El Emoliente, Bebida Curativa y Tradicional

Los boticarios del pueblo

 

En el Perú, existen recetas antiquísimas que forman parte de nuestra gastronomía. Hechas a base de nuestros recursos naturales, las recetas han ido variando de acuerdo a la sabiduría popular. Tal es el caso del “emoliente,» bebida del cual se desconoce su origen exacto.

El primer registro del emoliente proviene del viajero francés Pradier-Fodéré quien, en su paso por Lima a finales del siglo XIX, lo describió como «tisanas de cebada y guimauve, preparadas con goma arábiga y granos de lino, perfumada con piña u otra fruta, estas bebidas se toman heladas, en establecimientos especiales..”

Herencia de Los Españoles


El emoliente es una bebida que tiene sus orígenes en el agua de cebada. Probablemente es una costumbre que recibimos de España durante la era colonial, pues la bebida ya se consumía en Madrid en el siglo XVII. En la época virreinal existían las tisaneras, vendedoras ambulantes quienes promocionaban esta bebida a base de cebada como “aguas medicinales.” El médico Hermilio Valdizán (1885 -1929) cuenta que “fue muy empleada en la época Colonial, tanto que llegó a construir base de una verdadera industria en Lima, donde había pequeños establecimientos dedicados exclusivamente al expendio de emoliente..” Según el Museo “Casa de la Gastronomía Peruana,” en la época colonial el emoliente se acompañaba de ranfañote o chancaca, entre otros postres tradicionales limeños.

Los tres principales ingredientes del emoliente son la cebada, linaza y la cola de caballo. Pero esta bebida puede contener más de 30 hierbas naturales de acuerdo a la costumbre regional. Hay muchas variaciones, pero todas reunen en un vaso la sabiduría y tradición popular. El emoliente, perfeccionado a lo largo de los años como una receta colectiva, varía de acuerdo al pedido del cliente. No existe receta fija; sólo infinidad de variaciones y sabores. Y además, se puede tomar frío o caliente.

La Medicina del Pueblo



 
Podría decirse que los emolienteros fueron los primeros boticarios del pueblo. Entre todas las bebidas tradicionales, el emoliente destaca por su efecto medicinal en el sistema digestivo, respiratorio y reproductor. Su poder curativo proviene de la combinación de hierbas naturales como el agua de cebada, linaza, boldo, alfalfa, y la cola de caballo.

La linaza, por su alto contenido en fibra, ayuda a disminuir los niveles de colesterol en la sangre. Sin embargo, si el emoliente se endulza con azúcar no tendrá este efecto. Y por eso se recomienda beberlo con poca azúcar.

El emoliente también es diétetico y ayuda a la limpieza intestinal. Mientras que la cebada es rica en vitamina C y fibra, además genera sensación de saciedad, lo que ayuda al control de peso. Además, la linaza es rica en fibra soluble y genera el aumento del movimiento intestinal.

La cola de caballo, la linaza, y la cebada hacen que el emoliente sea diurético, y nos ayude a eliminar sustancias tóxicas del cuerpo a través de la orina. La linaza también contiene fibra omega 3, brindando un efecto desinflamante.

Y por si esto no fuera suficiente, el tipo de fibra soluble convierte al emoliente en una bebida ideal para personas con gastritis. El emoliente helado es un buen reemplazo de la gaseosa, bebida que empeora esta enfermedad.

¿Quiénes son los Emolienteros?



 
La ciudad es un crisol de costumbres, todas ellas esperando a ser exploradas. Los emolienteros conforman una de ellas. Son personajes de Lima y provincias quienes temprano por la mañana o al anochecer, en sus modestos puestos en las esquinas, vierten la linaza de un vaso a otro, hasta fusionar todos los ingredientes.

¿Pero quiénes son los emolienteros? Según la «Federación Nacional de Trabajadores Emolienteros del Perú,» el 70 % de emolienteros son mujeres. Incluyendo hombres y mujeres, hay más de 25 mil trabajadores en este rubro. Ya que la gran mayoría no están formalizados, se estima que existen más de 300 mil emolienteros en todo el Perú. De acuerdo a la base de datos, la mayoría se levanta a las 2 de la madrugada, para atender a los más de 5 millones de consumidores diarios a nivel nacional.

Un estudio realizado por ‘The New York Botanical Garden Press’ titulado “Health in a Pot—The Ethnobotany of Emolientes and Emolienteros in Peru” reveló que el 70% de los emolienteros en Lima tienen un rango de edad de entre 35-60 años, siendo todos dueños de sus propios negocios. Además, el 50% reportan vender emoliente por tradición familiar y (dato curioso) más del 30% de emolienteros nacieron en Cajamarca. El gobierno Peruano brinda otras cifras. Por ejemplo, la «Secretaría de Prensa de la Presidencia de la República» señala que los emolienteros se encuentran mayormente en Lima (5,070), Junín (2,800) y Cusco (2,000). Y el portal de «la mula» estima que los emolienteros pueden ganar de 2000 a 3000 soles mensuales.

Desde el 2014 se celebra cada 20 de febrero el día de las bebidas naturales. Según el Decreto Supremo Nº 037-2014, el estado “reconoce la venta ambulatoria en la vía pública de bebidas elaboradas con plantas medicinales como emoliente u otras infusiones tales como quinua, maca, kiwicha como actividad económica… difusora del consumo de productos naturales tradicionales en el Perú.” Este decreto ayuda a erradicar la larga marginación de una tradición cultural que debemos preservar.

El emoliente puede reunir en una misma esquina a trabajadores de todos los rubros y estratos sociales. Y ahora también se vende en los mejores cafés, con divertidas presentaciones y estilos, como el emoliente de aguaymanto o maracuyá. Pero no hay nada más tradicional que beberlo en alguna esquina, mientras intentas calentarte con la bebida, aliviar alguna enfermedad, o simplemente refrescar la garganta.𝔖

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Por Michael Llerena

Estudiante de periodismo de la Universidad Jaime Bausate y Meza. Apasionado sobre el Perú, su arte y cultura.