Era un niño sonriente, muy apegado a su padre, a quien le ayudaba a vender helados por las calles de Barrios Altos. Era un humilde negocio que su padre había emprendido, después de haber sido despedido de su puesto de contador, debido al desempleo de la época.
El padre de Javier, nombre de este niño de ocho años, organizó con la ayuda de un vecino una pollada pro-fondos, donde tanto ellos como el menor, perdieron la vida de la forma más sangrienta una noche de Noviembre de 1991.
Hoy, Javier Ríos Rojas tendría 34 años y hubiera sido un hombre emprendedor y exitoso.
Risueña y cariñosa, es así como recuerdan a Dorita Oyague, quien vivía con su tía desde los cuatro años en San Borja.
“Cuando llegó a mi casa en un principio, era introvertida. Pero luego se fue soltando. Le encantaban los dulces que le preparaba, sin embargo, desde el momento que ella desapareció, ya no me gusta hacer nada,” cuenta Carmen Oyague, tía de la joven desaparecida.
Dorita estudiaba en la facultad de Educación Inicial de la Universidad Enrique Guzmán y Valle, «La Cantuta”. La noche del 18 de julio de 1992, ella junto a ocho estudiantes y un maestro, fueron sacados a la fuerza de sus habitaciones para ser trasladados a un descampado, donde fueron ejecutados.
Hoy, Dorita Oyague tendría 46 años y hubiera sido una maestra prominente. Sin embargo, su vida fue sesgada por el grupo Colina.
El ex mandatario Alberto Fujimori, autor intelectual de estas dos masacres, recibió hace unos días el indulto humanitario. El presidente Kuczynski justificó el indulto de esta forma, “es porque nadie merece morir en prisión, y que la justicia no es venganza..”
‘PPK se burló de mi dolor, hasta ahora lo tengo en mi alma y en mi pecho, no puedo olvidar a mi querido hijo. Hoy es navidad y estoy en la calle, debería estar en mi casa, no es justo que el señor PPK se burle así de nosotros. Entiendan mi dolor, no puedo olvidar a mi hijo.’
Para que un prisionero reciba un indulto humanitario, éste debe sufrir una enfermedad terminal o que las condiciones carcelarias empeoren su salud. Las congresistas Marisa Glave e Indira Huilca visitaron la celda de Fujimori durante los últimos 12 años. Esta tenía una cama de hospital conectada a equipos médicos, un escritorio atiborrado de libros y cuadernos, y cerca de ahí, una cocina equipada y una sala de recibimiento. También contaba con un magnífico servicio de salud para cualquier emergencia.
¿Alguien conoce algún preso que goce de tantas comodidades?
Miles de peruanos, asegurados al SIS o a un seguro estatal, deben esperar meses para ser atendidos o finjir estar moribundos para ser tomados en cuenta. Ya muchos quisieran haber tenido las ventajas del ahora indultado Fujimori.
El presidente Kuczynski salvó de la vacancia, gracias a los 10 votos que Kenji Fujimori logró conseguir de su partido. Curiosamente, días después, su padre recibe el ansiado indulto.
Muchos dicen “pacto político” o que éste es el precio del favorcito que le hicieron al presidente. Yo diría que este “favorcito” no solo le costará a Kuczynski la renuncia de los congresistas de su partido, sino la conciencia de centenares de muertes que fueron impunes.
Tanto la vida de Javier como la de Dora fueron sesgadas abruptamente. El tan sólo darse tiempo de conocer sus historias nos hace recapacitar en lo injusto que fue la forma cómo murieron, y cómo sus familiares lucharon durante los últimos 25 años para que sus asesinos cumplan una justa condena. Luego del indulto, la madre de Javier Ríos salió a protestar a las calles:“PPK se burló de mi dolor, hasta ahora lo tengo en mi alma y en mi pecho, no puedo olvidar a mi querido hijo. Hoy es navidad y estoy en la calle, debería estar en mi casa, no es justo que el señor PPK se burle así de nosotros. Entiendan mi dolor, no puedo olvidar a mi hijo.”
Vemos que los intereses de los poderosos son más importantes que el de la población, aún sumida en la inseguridad y la pobreza. Esa misma población que día a día luchar para sobrevivir, contra esos presidentes que hacen lo que le da la gana.
Ojalá que la Corte Interamericana anule esta resolución. Carlos Rivera, abogado del Instituto de Defensa Legal, anunció la presentación de un recurso que contrarreste el indulto, a fin de que el Estado informe y sustente las razones legales de su decisión.
Esperemos que la justicia esté de lado de esos familiares que perdieron lo más preciado que tenían. No puede haber reconciliación sin justicia.𝔖