¿Te dice algo el nombre de Julio Simeón? Quizás no, pero es probable que lo hayas visto en televisión, asistido a sus conciertos, o escuchado alguno de sus éxitos. Simeón es una estrella de la música ‘chicha,’ cofundador del grupo ‘Los Shapis’. Se le conoce como ‘Chapulín el Dulce’.
‘Chapulín’ nació en Chupaca, Junín. De niño le gustaba entonar los huaynos de Picaflor de los Andes y Flor Pucarina. En una ocasión representó a su colegio en un concurso que se realizó en un coliseo de Huancayo. Pero a diferencia de la mayoría de cantantes, ‘Chapulín’ asegura no haber sentido atracción por la música.
Tampoco sufrió de pobreza. Su madre se dedicaba a la agricultura, cosechaba sus propias tierras, y su papá trabajaba en una fábrica. “Como todo niño provinciano, apoyaba a mis padres, pero más me dedicaba al colegio y los estudios,» recuerda.
Al terminar la secundaria, su primo le ofreció pertenecer al coro de la iglesia de Chupaca. Simeón aceptó. Mediante halagos, los feligreses le ayudaron a descubrir sus habilidades para el canto.
Del Coro Parroquial al Género Chicha
“Hay un nuevo miembro en el coro que canta muy bonito el Ave María en latín,” se comenzó a divulgar en el pueblo. Estos rumores llegaron hasta el grupo musical ‘Los Ovnis de Chupaca’, que por entonces buscaban un vocalista. El director de la orquesta fue a conocer al joven cantante y al escucharlo no dudó en contratarlo. Al poco tiempo, ‘Chapulín’ y ‘Los Ovnis’ ganaron un disco de oro en Lima.
Sin embargo, no todo era felicidad para ‘Chapulìn’. Su mamá creía que él perdía el tiempo con la música, así que lo encerraba en su cuarto para que no fuera a los ensayos. Pero Chapulín siempre lograba escapar.
Por motivos económicos, la aventura con ‘Los Ovnis’ culminó año y medio después. Pero en ese breve tiempo Chapulín había ganado popularidad entre los empresarios musicales. Seguidamente se le propuso integrar el grupo ‘Victoria’. Estuvo con ellos sólo seis meses. “Me salí porque no soportaba la indisciplina del grupo,” manifiesta ‘Chapulín’.
Decepcionado del ambiente artístico, Simeón vuelve a la chacra donde trabajaba su mamá. Ahí se encuentra con su amigo Jaime Moreyra, quien acababa de abandonar el grupo Karicia. Fue Moreyra quien le propone formar un grupo musical. Aunque con dudas, el acuerdo se cerró.
“Desde que conozco a Jaime no hemos firmado un solo papel, todo trato ha sido de palabra,” afirma ‘Chapulín’, lo cual demuestra la gran confianza que se tienen.
El Despegue de Los Shapis
El 14 de febrero de 1981, el nuevo grupo se bautiza como ‘Los Shapis,’ en honor al baile guerrero típico de la provincia de Chupaca.
Muchos han oído el nombre ‘Shapis’ pero ignoran su orígen. La leyenda cuenta que luego de que fueran derrotados por los Incas, el ejército Wanka – Chupaca se internó en la selva central. El baile ‘Shapis,’ en el cual los danzantes portan una máscara labrada de maguey, encarna sus vivencias en la selva y las batallas que lidiaron.
El nombre ‘Shapis’ pegó con el público. Por lo demás, el talento musical de Chapulín y de Jaime Moreyra era increíble. Los Shapis fueron los pioneros de la ‘Chicha’ o cumbia andina. El tema ‘El Aguajal’, adaptación que Moreyra hizo del huayno ‘El Alizal’, se convirtió en el himno de este género. En dos meses vendieron un millón doscientas mil copias. En 1982, Radio Moderna de Lima les entregó el galardón ‘La Antena de Oro.’
El grupo obtuvo gran popularidad en Lima y el extranjero. En 1984, se presentaron a estadio lleno en el Alejandro Villanueva de Alianza Lima. Seguidamente llenaron el Estadio Nacional. Fueron el primer y único grupo chichero en llenar ambos estadios. Prácticamente llenaban todo local en el que se presentaban.
Debido a su éxito, los invitaron a participar en el ‘Festival Internacional de la Juventud en Paris.’ Al recibir la noticia, ‘Chapulín’ pensó que se trataba de una broma.
Durante el festival de París, el público pensó que ‘Los Shapis’ eran colombianos. En una época de intenso racismo, ‘Chapulín’ no dudó en resaltar sus raíces andinas. Luego de que los confundieran con Colombianos, a Simeón se le ocurrió agregar el nombre de la bebida incaica, la ‘Chicha’, en sus temas.
El vestuario era parte importante de su identidad. Por eso eligieron plasmar en sus camisas los colores de la bandera del Tahuantinsuyo «que es el aura que nos protege,» afirma ‘Chapulín.
Al visitar Europa, a Chapulín le pareció vivir en un sueño. Tiene muchas anécdotas. El intérprete recuerda que en París caminaron tanto que se le gastó la zuela de los zapatos. Cuando fue a comprar un nuevo par, no encontró su talla. «Todas eran gigantes,’’ dice. Sin embargo, en la sección de niños pudo encontrar zapatos para él.
La acogida de la chicha hizo que tuviera conflictos con otros géneros populares como la salsa. En los 80′, ‘Los Shapis’ se enfrentan en un mano a mano con la orquesta salsera del timbalero Aníbal López. Los fanáticos de ambos géneros se insultaban como dos barras bravas. ¡Regresen a su pueblo, chicheros!, gritaban los salseros.
El éxito del grupo fue tal que también filmaron una película llamada ‘Los Shapis en el mundo de los pobres’ que se emitió en el Perú, Bolivia y México. «Fue la primera película musical peruana», recuerda Simeón. También grabaron spots publicitarios para reconocidas marcas como el ahora extinto Banco Agrario.
Con la popularidad al tope, el grupo se muda a Maranga en el distrito de San Miguel. Desde esa casa, ‘Chapulín’ y Moreyra planeaban el futuro del grupo.
Los Avatares de Chapulín
La fama hizo que el vocalista de ‘Los Shapis’ adquiriera algunos vicios. Chapulín le había agarrado gusto a la bebida. En los conciertos no faltaban las personas que le ofrecieran un vaso de cerveza. El cantante confiesa que la presión social era muy fuerte. Luego de la gira por París se percató que ya no tomaba por obligación, sino por gusto propio. Fue entonces que decide controlar este hábito.
También tenía otra gran debilidad: las mujeres. En sus eventos, las fanáticas siempre le tiraban prendas íntimas y fue con una de ellas que debutó sexualmente a los 19 años. «Antes nos educaban bien y para tener relaciones había que ser casado, pero cuando llego a la música, me olvidé hasta de los consejos de mi papá,’’ confesó.
Sus relaciones amorosas eran cortas y la mayoría fueron con alguna fanática. Era usual que estuviera con tres o cuatro mujeres a la vez y también tuvo varios ‘choque y fuga.’ En total, tuvo más de 30 parejas. De ahí su apodo, ‘Chapulín’ por el peculiar salto que da sobre la tarima y ‘El Dulce’ porque asegura ser como la miel, ‘’quien me prueba, no me deja’’.
Este es el único vicio que no supera. ‘’Sigo siendo picaflor, ¿para qué me voy casar? Sólo estoy casado con la música, ¿con qué tiempo?,» dice.
La Leyenda Vive
‘Voy a Lima y vuelvo’’, fueron las últimas palabras que le dijo el cantante a su mamá antes de salir de gira. Efectivamente él regresó, pero ella no pudo volver a verlo, víctima del cáncer. Al enterarse de la noticia, Chapulín canceló la gira para ir a despedirse de su madre. La misma situación se repitió con su papá. Lamentablemente, dos de sus hermanas también murieron por la misma enfermedad.
Chapulín también sufrió problemas de salud. Al abandonar la cerveza, Chapulín adquirió un gusto desmedido por la gaseosa. Su compañero, Jaime Moreyra, cree que esta fue la razón de la diabetes que ahora padece.
Chapulín tuvo que bajar 50 kilos en tres meses. Su pequeño cuerpo de metro cincuenta no podía aguantar más su sobrepeso. Actualmente, Chapulín tiene un problema en la columna por el cual está impedido de realizar su salto característico.
Su notoria delgadez desencadenó varios rumores. Algunos pensaron que había contraído el SIDA, otros, a través de twitter, anunciaron su muerte. Pero lo cierto es que Simeón se encuentra mejor que nunca. Ahora se preocupa por su salud y ha cambiado su estilo de vida. «Sigo una dieta balanceada de 800 gramos de calorías y realizo ejercicios, además de la terapia musical con Los Shapis,” manifiesta.
Chapulín es una leyenda viva de la cumbia Peruana. Aunque pocos han alcanzado su fama y su estatus, esta estrella musical despliega la misma humildad que siempre lo caracterizó. Ya no sólo canta para las multitudes. También anima la inauguración de algún local de su barrio, cuando se lo piden. Adora a su pueblo y jamás se apartará de ellos.𝔖