Ángel siempre supo que sus gustos no eran los convencionales. Desde niño sintió una atracción por los zapatos femeninos de tacón. Cuando tenía 13 años de edad conoció a una mujer española de 60 que contaba con una impresionante colección de zapatos.
«Cuando la ví me quedé prendido de sus tacos, ella se dió cuenta y me invitó a su casa para que pudiera ver su colección. La visité por todo un año y sin darme cuenta ella me fue convirtiendo en su sumiso,’’ dice. Sin saberlo, había entrado al mundo del BDSM.
La Comunidad BDSM
Ángel, ahora de 42 años, es sólo una de las tres mil personas que conforman la comunidad Perú BDSM. Estas siglas son la abreviatura de Bondage, Disciplina – Dominación, Sumisión – Sadismo y Masoquismo. El sexólogo Luis Pérez Flores define al BDSM como una práctica de pareja donde uno de los miembros trata de controlar a la otra persona (dominante – amo) y esta acepta ser controlada (sumiso).
Ángel y su amigo Roger Caballero son los fundadores del grupo. «Lo formamos hace casi ocho años. El BDSM es practicado en varias partes del mundo y sabíamos que aquí también hay personas que lo hacen porque las habíamos contactado a través de un grupo en Yahoo, y nos reunimos para conocernos,» afirma. La primera reunión se realizó en el Starbucks del Centro Cívico el 24 de julio del 2010, día mundial de esta práctica.
Esta fecha fue institucionalizada en el 2003. Tres personajes del mundo BDSM, conocidos como Didak, Kurt y Amarilys, se encontraban en un club de Barcelona y eligieron el día 24 de julio (24/7) para conmemorar esta práctica. Los números representan: 24 horas del día, siete días de la semana.
Hace tres años, a raíz de la película «Cincuenta sombras de Grey,» Perú BDSM se visibilizó. «A pesar que la película no tiene nada que ver con nosotros, más bien dice todo lo que no tienes que hacer en una relación BDSM. Ha servido para que las personas se den cuentan que existimos. Así quizás averigüen de qué trata este estilo de vida y no nos tachen de locos,’’ manifiesta Ángel.
¿Realmente lo son? El psicoterapeuta Luis Pérez afirma que sólo es un estilo de relación. Aunque no hay problema psicológico de por medio, hay condicionantes que influyen a estas personas. «En el caso de las personas sumisas, estas tendencias se forman en la niñez. Probablemente el niño ha amado mucho a su papá o su mamá, pero esta persona fue dura con él. El niño es amado, pero a la vez tratado con rudeza y transfiere esta relación a su etapa adulta con su pareja,» explica Pérez.
«Otra explicación son los castigos físicos que los padres dan a sus hijos en zonas sexuales como las nalgas. Al ser la persona castigada de esa forma se empieza a desarrollar la erótica. Sin embargo, pueden haber personas que sean sumisas y que no hayan pasado por este tipo de experiencias,’’ añadió.
Existen niveles en estos vínculos. Hay algunas personas que sólo lo practican en la intimidad. Otras lo realizan las 24 horas del día, los siete días de la semana.
Este es el caso de Luana, 32, que desde hace trece años vive el BDSM. ‘’Mi amo y yo nos iniciamos como una pareja normal, como diríamos nosotros, como una pareja vainilla. Antes creía que me gustaban cosas raras, él también tenía esos mismos gustos, así que investigando nos dimos cuenta que no éramos raros,’’ manifiesta la joven.
Ella y Hugo, su pareja desde hace 14 años, viven el BDSM las 24 horas del día. Como sumisa, debe obedecer y respetar a su amo. Le avisa cuando llega y sale de su trabajo, le pide permiso para ir a visitar a una amiga, para ir al baño, incluso para esta entrevista le pidió permiso. Todo depende de las instrucciones que su amo le dé.
‘’Los verdaderos BDSM lo vivimos así, todo el día. No es sólo un juego de pareja. En el imaginario popular está la tonta idea de que el BDSM es sólo sexo, pero es un error. En algunas ocasiones el sexo no está presente. Es una manera de vivir,’’ dice Luana.
¿Qué otro prejuicio les está costando derribar, Luana? «El ser considerados un grupo violento. Piensan que vivimos amarrados, dándonos látigos.»
El doctor Pérez explica que el asunto central es la dominación y la sumisión. El sexo y otros elementos violentos como el ahorcamiento, palmazos, juguetes son solo anexos que cada pareja establece. «Además hay que dejar en claro que de haber actos ’violentos es porque la persona sumisa así lo ha querido. Esto es muy diferente, aquí no hay maltrato,’’ sentencia.
Si sólo es una manera de vivir, ¿por qué aún no lo aceptamos como tal?
El doctor Pérez asegura que ‘’la sociedad a partir de su idiosincrasia judaico-cristiana ha establecido que actitudes son normales y cuales no lo son.’’ Al igual que con la masturbación y la homosexualidad en su momento, las prácticas del BDSM han sido catalogadas como transtornos patológicos. Cambiar esa percepción será todo un proceso.
‘’Quizás llegue el día en el que los demás entiendan que no somos seres extraños y podamos decir abiertamente que somos BDSM. Todos trabajamos en una oficina como cualquier otro, pero si nuestros jefes se enteran de esto no dudes que nos despedirían, sobre todo mi jefe que es una persona muy religiosa,’’ concluye Luana.
Una Subcultura en Desarrollo
La antropóloga española Olga Viñuales define a la comunidad BDSM de su país como una subcultura. Los que la conforman gozan de espacios de encuentro (lugares públicos, ciberespacio), forman redes (amistades comunes, fiestas) y comparten un lenguaje propio.
Perú BDSM comenzó siendo un grupo por internet. Actualmente, cuenta con más de tres mil miembros activos que se reúnen cada 15 días en un pub, un restaurante u otro lugar público. «Antes nos reuníamos en una casona del Centro de Lima, pero muchas dejaron de ir porque el lugar estaba en una zona peligrosa del Rímac,’’ comenta Ángel.
Estas reuniones quincenales reciben el nombre Munch. «Es un té de tías,’’ dice Luana. El objetivo es conocerse, formar una amistad sin el temor de ser juzgados. Los integrantes de provincia vienen a Lima exclusivamente para no perderse el Munch.
«A las reuniones han asistido personas que creían estar locas, pero luego de escucharnos se dieron cuenta que no lo estaban,’’ cuenta Luana.
Najara tiene 32 años y se inició en este mundo desde hace 9 meses. «Empecé mi instrucción como sumisa en setiembre del 2014. Yo siempre me sentí distinta, llegue al grupo con muchas interrogantes. Escribí un mensaje al Facebook de Perú BDSM y Luana contestó todas mis dudas,’’ dice.
Ahora, ambas comparten el mismo amo: Hugo, un administrador de la comunidad.
En el 2014, por cuestiones de trabajo, Roger Caballero transfirió su cargo a Ángel, quien formó una nueva directiva.
‘’Aprovechando la circunstancias de Cincuenta sombras de Grey, se está trabajando para que el grupo crezca, para que nos conozcan y no nos discriminen. Mientras no lo hagamos seguirán pensando que somos un grupo de abusadores y violentos. Seguiremos siendo un grupo clandestino,’’ afirma Luana.
Esta subcultura ha empezado a dictar conferencias acerca de su modo de vida, y de temas variados como el del shibari (un tipo de bondage proveniente de los samuráis) que es utilizado tanto en la intimidad como fuera de ella. ‘’El shibari es un arte. Para realizarlos se estudia; no cualquier persona está apta para hacerlo ya que podría causarle daño a la persona que está siendo atada,’’ explica Ángel.
Asimismo realizan seis fiestas al año. El Carnival party, el Winter party, el 24/7 que es la fiesta central del movimiento BDSM, la fiesta del ocho-ocho, la fiesta de Halloween y la de fin de año.
‘’Somos sociables y buscamos integrarnos con personas que comparten nuestros gustos. Gracias a nuestras gestiones el grupo está creciendo,» concluye Luana.
Cambios Positivos
Tanto Ángel, Hugo, Luana y Najara sienten que su vida ha mejorado desde que practican el BDSM. Se sienten libres. ¿Pero cómo sentirse libre siendo dominadas por otra persona?
El psicoterapeuta Luis Pérez explica que cuando una parte reprimida de la persona empieza a expresarse, es posible que eso se generalice a otras áreas. «Al liberarse acá es como si rompieran muchas de sus inhibiciones. Es posible que traiga beneficios a la vida diaria. Finalmente, las personas lo disfrutan y lo asumen,» concluye.
‘’Antes yo era una persona muy tímida y desconfiada. Todo ello ha cambiado,’’ dice Luana. ‘’Siendo sumisa me liberé de toda responsabilidad ya que ya no soy yo quien decide en cosas banales de mi vida. Es como si depositaras toda tú confianza en alguien que te guiará de acuerdo a lo que tú necesitas y en el fondo es lo que tú quieres,’’ afirma Najara.𝔖
Image: Courtesy of Lima Shibari Crew Oficial