Heroínas de la Educación: María Trinidad Enríquez y María Jesús Alvarado

 

Hace poco más de un siglo, las mujeres peruanas no podíamos acceder a la educación superior. Es un dato que me ha hecho reflexionar, ahora que estoy a puertas de culminar mi vida universitaria.

En el período del 2004 al 2016, el porcentaje de mujeres universitarias subió doce puntos, de 37% a 49%. Esto se hizo posible gracias a las mujeres que lucharon por nuestro derecho a la educación.

Educación Femenina en el Virreynato


Actualmente la educación es considerada un derecho universal, pero durante la época colonial era un privilegio al que sólo las élites podían acceder. En cuanto a las mujeres, ninguna podía acceder a los colegios ni a las universidades. Sólo podían ser educadas si residían en beatarios o casas de recogimiento. 

Si bien estos beatarios admitían a las niñas de familias adineradas, algunas otras ingresaban por otros factores, como la orfandad. Las lecciones que recibían giraban en torno a los temas religiosos y labores manuales. Una vez instruidas, salían de ahí listas para casarse. 

En Cuzco se fundaron muchos de estos recintos. Por ejemplo, estaba el beatario San Juan de Letrán, actualmente conocido como el convento de Santa Clara. Aquí estudiaban niñas y señoritas mestizas. También podemos citar a Nuestra Señora de los Remedios, institución del siglo XVI dedicada a la nobleza inca.
 


Iglesia de Santa Clara, uno de los primeros recintos académicos femeninos

 
Mientras que en 1691, en el barrio indígena de San Lázaro en Lima, se fundó Nuestra Señora de Copacabana, escuela de instrucción para la nobleza Inca. Catalina de Jesús Huayna Capac, la abadesa de este beatario, quiso convertirlo en Convento, pero no se pudo por falta de rentas.

Santa Rosa de Lima fue instruida en uno de estos lugares. Sin embargo, lo hizo a una edad tardía ya que en su niñez debió trasladarse al pueblo de Quives por el trabajo de su papá. A los 20 años, decide tomar el hábito de terciaria dominica en la Iglesia limeña de Santo Domingo. Santa Rosa tenía una vocación literaria, pues le gustaba escribir versos. Sin embargo, dicha virtud palidecía ante su devoción a Dios y su labor humanitaria.

En el virreinato, la educación era mayoritariamente elitista y machista.

María Trinidad Enríquez


La educación superior es quizás el derecho más importante que hemos conquistado. El primer paso se dio con el Reglamento de Instrucción Pública de 1855, el cual nos permitía recibir instrucción media. La norma fue promulgada durante el segundo gobierno de Ramón Castilla. Su finalidad era la educación integral del individuo y su perfeccionamiento moral, intelectual, estético y físico; permitir la educación media femenina era sólo uno de sus acápites.

Luego se nos concedió recibir instrucción superior. Este hecho no hubiera sido posible sin la incansable labor de María Trinidad Enríquez Ladrón de Guevara, quien fue la primera mujer universitaria en el Perú y Sudamérica.

María Trinidad nació en Cuzco en 1846. Desde niña destacó por su gran habilidad para los estudios. En esa época, las mujeres solo podían estudiar hasta tercero de secundaria. Pero María Trinidad siguió preparándose, pues siempre tuvo claro que quería ser abogada. Fue así que fundó en su casa el Colegio Superior, el cual solo duró tres años debido a los obstáculos y calumnias que le puso la retrógrada sociedad de entonces. María Trinidad finalmente cumplió su objetivo de terminar la secundaria. Ahora era turno de luchar por ser universitaria.
 
 

 
En octubre de 1874, luego de enviar varias solicitudes, María Trinidad obtuvo del presidente Pardo la autorización para ingresar a la universidad. Para validar su formación de cuarto y quinto de secundaria, que cursó en el colegio que ella fundó, tuvo que rendir algunos exámenes. Así logró ingresar a la facultad de Jurisprudencia de la Universidad San Antonio Abad con una alta calificación.

Cuatro años después, María Trinidad obtiene el bachillerato en Jurisprudencia, pero no el de abogada. Este grado estaba prohibido para una mujer. El presidente Piérola le otorga una autorización especial para que se reciba como abogada. Sin embargo, María Trinidad lo rechazó al exigirle que esta autorización se generalice a todas las mujeres peruanas.

Así comenzó una nueva lucha: la generalización de esta autorización. En 1883, durante la Guerra con Chile, María Trinidad consiguió que el Congreso emitiera un Decreto Supremo en el que se autorizaba a las mujeres a poseer títulos profesionales. Por desgracia, aún habían ciertos vacíos legales que seguían impidiendo el acceso de las mujeres a la educación universitaria.

María Trinidad intentó eliminar estos vacíos legales e impulsar una verdadera reforma educativa. Por ello, inicia una demanda judicial al Estado. Desgraciadamente, no llegó a ver los frutos de su lucha porque en 1891 fallece por una congestión cerebral. Tenía tan solo 44 años.

En noviembre de 1908, el entonces presidente Augusto B. Leguía promulgó la ley 801 que autorizaba a toda mujer que cumpliera los requisitos a matricularse en las universidades de la República. Al culminar sus estudios, podían ejercer libremente su profesión.

María Jesús Alvarado


Luego de la Guerra con Chile, el Perú cayó en depresión debido a la destrucción casi total de la ciudad. La mayoría de limeños tuvo que encontrar otros lugares para vivir. Este fue el caso de María Jesús Alvarado Rivera, originaria de Chincha Baja, quien debió abandonar su hacienda porque el lugar se había convertido en un cuartel chileno.

Como ya se mencionó, a pesar de que en 1855 se promulgó el Reglamento de Instrucción Pública, aún habían vacíos legales que impedían el acceso de las mujeres al sistema educativo. Por tal motivo, María Alvarado Rivera solo estudió hasta el tercer grado de primaria. De todas formas, ella decidió prepararse por cuenta propia. Desde muy niña, se propuso luchar para que las mujeres Peruanas obtuvieran una educación profesional.
 
 

 
A los 30 años, María Jesús debutó como periodista en el diario El Comercio. Este empleo lo consiguió gracias a la ayuda de su hermano Lorenzo, catedrático en Geografía en la Universidad de San Marcos. Dos años después, envió un reporte sobre la situación de la mujer peruana al Congreso Femenino Internacional realizado en Dinamarca. Luego, en 1911, dictó su primera charla sobre el feminismo en la Sociedad Geográfica de Lima, en el cual propuso la igualdad de derechos civiles, educativos y políticos a las mujeres.


‘Es de absoluta justicia que las mujeres sean iguales ante la ley, liberándose de la forzosa y muchas veces tiránica y cruel tutela del hombre’ – María Jesús Alvarado


Junto con Adela Montesinos, María Jesús fundó el Movimiento Evolución, cuyo objetivo era el derecho al voto universal sin restricciones, que promovía la cultura y los derechos para la mujer. Toda esta lucha generó buenos frutos. En 1936, el Código Civil finalmente aceptó los derechos civiles femeninos.

En 1924, se desata una rebelión minero-campesina contra el entonces presidente Leguía por una ley que consideraban arbitraria, la Ley de Conscripción Vial. El gobierno prohibió a las imprentas imprimir volantes de protesta. Los protestantes recurrieron a María Jesús para que los ayude. Ella, quien tenía una imprenta, accedió al pedido. Esa fue la excusa de Leguía para encarcelarla, pero el verdadero motivo era su pensamiento y accionar feminista.

Tres meses después, María Jesús fue liberada con la condición de que abandonara el país. Así lo hizo; María Jesús se exilió en la Argentina, donde permaneció 11 años trabajando como profesora. Asimismo, aprovechó ese tiempo para escribir la primera parte de su obra ‘La Perricholi’. Regresó al Perú en 1936, pero su vida ya no era tan publicitada como antes.

A vísperas de cumplir 93 años, María Jesús fallece el 06 de mayo de 1971.

Carreras con Presencia Femenina


Según el Registro Nacional de Grados y Títulos, un promedio anual de 124 mil mujeres son graduadas y tituladas en el Perú. Además, mil de ellas ostentan el grado de doctora y 5 mil han estudiado una segunda especialidad.

Hasta el año 1990, la profesión más solicitada por las mujeres era la educación. Actualmente, las carreras profesionales por las que más optan son la administración, economía y ciencias de la salud, en especial enfermería.

¿Por qué se da este fenómeno? Muchas mujeres han optado por iniciar un negocio, por tanto tener conocimientos de administración y economía les ayuda tener menos opciones de fracasar. Siendo sus propios jefes, las mujeres pueden controlar sus tiempos, de tal manera que no descuiden su labor de madres, en caso de serlo.

Ha sido un largo camino por bregar para que las Peruanas finalmente obtengan un título universitario. El sacrificio de nuestras mártires de la educación y otras mujeres anónimas no será olvidada. Sin embargo, la lucha por la igualdad de oportunidades y el reconocimiento sigue en pie.𝔖