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La Riqueza Histórica de San Juan de Lurigancho

SJL acogió a los Wari, Chavín, Ychma, Incas y los españoles

 

Un cartel colocado a lo alto de un puente peatonal nos da la bienvenida, y nos indica que estamos al este de Lima. Sus calles lucen apagadas, y con una fachada antigua. También hay viviendas construidas en lo más alto de los cerros.

En sus inicios, esta zona estaba habitada por pumas, zorros, venados, lechuzas, gavilanes, vizcachas y reptiles, además de una gran vegetación. Otro cartel más allá nos anuncia que estamos en San Juan de Lurigancho, el distrito más poblado del Perú y América del Sur, con una población de 1 millón 47 mil 725 habitantes, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).

Los pobladores de hoy en día pueden ser descendientes de los Wari, Chavín, Ychma, Incas, españoles o de habitantes de otras partes del Perú. Juntos han formado parte de la creación de un distrito denominado «la tierra de migrantes», un valle fértil que fue poblado a través de los años de forma abrupta y desordenada.

Los primeros migrantes del distrito fueron un grupo llamado los «Ruricancho,» término quechua que significa «Los Kanchus del Interior». Esta cultura provenía de la sierra sur peruana, territorio dominado por los Wari. Al buscar nuevos territorios, los Ruricancho ocuparon la mayor parte de la zona este de Lima. Estos sectores son conocidos ahora como San Juan de Lurigancho, Lurigancho-Chosica, Santa María de Huachipa, Santa Eulalia y Ricardo Palma.

 

 

El dominio de los Ruricancho se extendía hasta Mangomarca, que significa «pueblo de los señores,» lugar prehispánico que previamente fue utilizado como capital o centro político en la época Chavín. Los Ruricancho lo convirtieron en su punto ceremonial, para adorar a su dios, Pariacaca, un mítico conquistador. 

La «Fortaleza de Campoy», ubicada en las faldas del cerro, límite de Zárate y Campoy, fue su segundo complejo más importante. Era un centro administrativo, usado como vivienda del sacerdote y su élite; la parte baja eran sólo terreno de cultivo. Los líderes de los Ruricancho también ocuparon la zona de Canto Chico. Tenían varios sectores, y lo destacaban para el uso religioso. 

Con la llegada de los españoles, los Ruricancho se vieron debilitados, e incluso las nuevas epidemias acabaron con su reinado. Debido a las costumbres linguísticas, se cambió la «r» por la «l», por lo cual Ruricancho se convirtió en Lurigancho, como se conoce hoy. Después, los españoles empezaron a llamar dichos territorios como “Valle de Lurigancho,» en donde implementaron el régimen de la encomienda. Se trataba de un sistema feudal, en el cual los indios eran obligados a pagar tributos, a cambio de mantenerlos y educarlos en el cristianismo.

La encomienda de Lurigancho, formalizada por Francisco Pizarro en 1535, le entregó el cargo primero a Hernán Sánchez, quien al poco tiempo falleció; y segundo a Francisco Chávez, que luchó con los almagristas que asaltaron palacio y mataron a Pizarro. El último asignado fue Jerónimo de Loayza, el primer arzobispo de Lima, pero éste renunció por la presión a su condición de religioso.

El 24 de enero de 1571 (fecha aún no comprobada), la corona española fundó el pueblo de “San Juan Bautista de Lurigancho” en honor al santo español; pero que originalmente llevaba el nombre de “Todos los Santos de Lurigancho”.

Este pueblo fue habitado por los indígenas, quienes vivían bajo la “reducción,” un sistema empleado por los Jesuitas para evangelizarlos, y protegerlos de los abusos de los encomenderos. En aquel pueblo existía una plaza de Armas. Su lugar exacto, en la actualidad, es ahora ocupado por la primera iglesia del distrito “San Juan Bautista,” y el primer colegio “Julio C. Tello.”

 


Iglesia San Juan Bautista, primera parroquia de SJL

 

En las haciendas del Valle de Lurigancho, la mano de obra indígena, africana o china, cultivaban camote, maíz, alfalfa, uva, sandía, algodón, entre otros.

En 1821, Don José de San Martín, constituye el departamento de Lima, conformado por 7 provincias, entre ellas, Lurigancho. El 21 de enero de 1825, Simón Bolívar crea el distrito de Lurigancho (en la actualidad abarca San Juan de Lurigancho, Lurigancho- Chosica, Santa María de Huachipa).

Los años pasaron y el distrito perdió importancia, ya que su jurisdicción fue separada en varias zonas. La última división fue hecha por el presidente Manuel Pardo, quien en 1940 separó Chaclacayo de Lurigancho- Chosica. Las autoridades gobernaban desde Chosica, pero la distancia, la falta de caminos y transporte, impedía a los pobladores poder acudir hasta el lugar.

El 13 de enero de 1967, el presidente Fernando Belaunde Terry crea el distrito de San Juan de Lurigancho, según la ley No 16382. Al principio, la administración municipal no funcionó al no contar con un alcalde ni regidores. Los vecinos deciden formar el Comité de Integración y Desarrollo de San Juan de Lurigancho, y presentar candidatos al gobierno.

Luis Suárez Cáceres, su primer alcalde, fue nombrado por el gobierno militar del General Juan Velasco Alvarado. Tras la reforma agraria en 1968, los propietarios de las haciendas tuvieron que vender sus propiedades para crear urbanizaciones y sectores de viviendas. Algunas de ellas conservaron el nombre de las haciendas, como Zárate, Mangomarca, Basilia, Otero, Campoy, Las Flores y Azcarrunz.

 


Antiguo mapa de la Hacienda Flores, Valle de Lurigancho

 

Durante esta época, el Estado expropió la hacienda Chacarilla de Otero, para reubicar a los residentes de la barriada o pueblo jóven de Canta Callao. Este acto contribuyó a que el distrito sea percibido como un lugar de sectores populares en la capital. En los años 70, alrededor de 80 mil habitantes vivían en San Juan de Lurigancho.

En la década de los 80, se forma el actual rostro del distrito. La zona fue invadida por una ola de migrantes provenientes de Ayacucho, Huánuco, Huancavelica, Junín, Cerro de Pasco, Arequipa y Lambayeque.

Por miedo y por proteger sus vidas, los migrantes huían de la violencia perpetrada por los grupos terroristas Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru. Por necesidad, algunas personas tomaron cualquier terreno abandonado, haciéndolos suyos. Uno quedaba colindante al Puente Huáscar, lo que dio orígen a la zona de Huáscar de Canto Grande, y también Bayóvar, Arriba Perú, 10 de Febrero, Villa Hermosa y 9 de Octubre.

 

Ceremonia por la creación del distrito de SJL, 1967

 

El distrito y su población empezó a crecer, constituyéndose una gran cantidad de asentamientos humanos. Actualmente hay un promedio de 108, que se expanden alrededor de las cumbres de los cerros, y las cuales albergan a la mitad de la población de San Juan de Lurigancho.

Las viviendas construidas eran en su mayoría de esteras (en la actualidad aún se utiliza), madera, y algunas de ladrillo. Muchos no contaban con los servicios principales, como agua y luz. En los asentamientos humanos, como Huáscar, Bayóvar, Jose Carlos Mariátegui, entre otros, se establecieron los comedores populares o las ollas comunes, para la preparación de desayunos y almuerzos.

La invasión a San Juan de Lurigancho trajo consigo una sólida carga cultural: el distrito concentra la mayor cantidad de quechua hablantes. La fusión de las costumbres y tradiciones fueron clave para que no olvidaran sus raíces. Como consecuencia, nacieron varias agrupaciones folclóricas como Linyeras, Kenecheru, Sembradores, además de otras asociaciones culturales.

Los luringanchinos deben sentirse orgullosos de pertenecer a un distrito conformado por cinco generaciones que proceden de cada rincón del Perú, y que han enriquecido vastamente nuestra historia y cultura.𝔖

Por Yamilé Montenegro

Periodista con una pasión de siempre descubrir la verdad e informar. Amante de la música y del baile.