El intelectual Noam Chomsky mantiene una postura crítica ante los desastres causados por el Imperialismo.
Mientras los analistas e historiadores utilizan sofisticados enfoques, la visión de Chomsky siempre ha sido la misma. Sus análisis rehuyen de los tecnicismos y teorías, pues él asegura que dicho lenguaje tiende a distanciar al público de las problemáticas que más le atañen. A su parecer, el lenguaje de los expertos también tiene un rol de dominación.
Chomsky lo tiene muy en claro. Todo ciudadano tiene el deber de participar activamente en la política. Dejar nuestro futuro a merced de los líderes del orden mundial sólo precipitaría más debacles.
Para Chomsky, las problemáticas más complejas se pueden entender de manera simple. Asegura que una persona común y corriente puede brindar una opinión más lúcida que la de los expertos. El ciudadano de a pie sabe más, intuye más, entiende más, porque está mejor compenetrado con el mundo real, a diferencia de los gobernantes enajenados en sus círculos de privilegio.
Chomsky mantiene una visión crítica del Imperio Británico (en su apogeo), y del Imperio Norteamericano en la actualidad. Además de someter a múltiples naciones, ambas potencias impusieron y popularizaron unos «esquemas críticos» o «formas de ver el mundo» que no son más que «sistemas de indoctrinamiento» que van en contra de los intereses del pueblo, y que intentan convencerlos que ésta es la ‘única’ realidad posible.
En su libro «What we say goes: Conversaciones sobre los Estados Unidos en un mundo cambiante,» Chomsky sugiere que Chile, Perú y Bolivia fueron víctimas de tal indoctrinamiento. Esos «esquemas críticos» aún siguen vigentes hasta hoy, pero se mantienen camuflados con nuevos términos: como por ejemplo, la «globalización» o el «neoliberalismo.» Bajo esos esquemas, las naciones creen ser las únicas responsables de su destino. Chomsky lo entiende de otra forma: las naciones realmente tuvieron el destino que los Imperios y las élites financieras les infligieron. Y es que la historia de un país no se puede entender cabalmente sin antes analizar la historia universal.
‘Técnicamente, los responsables fueron los Chilenos, pero Inglaterra estuvo detrás de todo esto. En realidad, la región en su totalidad le pertenece a Chile sólo porque los británicos los financiaron en su guerra contra Bolivia y Perú. Los británicos deseaban apropiarse de las regiones salitreras de Bolivia y Perú, que producían fertilizantes y polvora.’- Noam Chomsky
En su libro, Chomsky detalla las impresiones que tuvo en una de sus últimas visitas a Sudamérica. Hablando de Chile, Chomsky criticó el neoliberalismo, el cual favoreció a las élites mientras el resto aún languidece en la precariedad: «Tienen un nivel de desigualdad social muy similar al del Brasil, que es muy grave de por sí..»
Pero sus críticas más severas fueron hacia la ineficiencia de los gobiernos de Chile, Bolivia y Perú en proteger a sus indígenas. «Me reuní con los indígenas Mapuche sureños, con los Aymara del Norte, y con los Quechuas del Perú. Tienen problemas muy graves. Los gobiernos sí los reconocen oficialmente, pero no se toman el trabajo de apoyarlos,» declaró. Chomsky advierte que estos problemas son mera consecuencia del neoliberalismo.
Chomsky identifica los problemas desde la raíz. Las corporaciones mundiales saquearon los recursos naturales de muchos pueblos, haciendo poco o nada por las naciones que los acogieron. «Visité las mineras de Iquique. La zona generalmente es un desierto…no hay areas verdes, no hay agua…..Es cierto que las mineras ya no están operando, pero es fácil imaginar [la precariedad] en que los mineros subsistían……Luego me mostraron un auditorio en donde Luciano Pavarotti y artistas de ese calibre hacían presentaciones, pero sólo para los dueños de esas minas…,» indicó.
Chomsky luego analizó los crímenes cometidos. A su parecer, las potencias mundiales incitaron a que las naciones Andinas aniquilaran a su propia gente, y a la gente de naciones vecinas. Tal es el caso de Chile: «En 1907, los mineros y sus familias hicieron huelga, y marcharon hacia Iquique. Allí, los dueños de las minas los condujeron a una escuela para ‘dialogar.’ Sin embargo, trajeron a unos soldados y los acribillaron a balazos. Debido a la censura, no se sabe cuántos murieron. Pero se estima que centenas de personas (entre hombres, mujeres y niños) fueron asesinadas.»
Chomsky asegura que no fue Chile, sino el Imperio Británico el que estuvo detrás de la barbarie. Los pueblos Andinos sólo fueron víctimas de la manipulación y el engaño.
«Esa fue una de las tantas masacres. Técnicamente, los responsables fueron los Chilenos, pero Inglaterra estuvo detrás de todo esto. En realidad, la región en su totalidad le pertenece a Chile sólo porque los británicos los financiaron en su guerra contra Bolivia y Perú. Los británicos deseaban apropiarse de las regiones salitreras de Bolivia y Perú, que producían fertilizantes y pólvora….Después esas minas pasarían a posesión de los Estados Unidos,» concluyó.
Noam Chomsky sugiere que todos cuestionen su rol dentro de la sociedad. Así podrán librarse de los esquemas de dominación, y otras taras invisibles que los afligen.𝔖